HISTORIA
Tal vez si Himeka hubiera hecho caso a sus amigas de no juntarse con aquel chico de tan mala fama. Tal vez si le hubiera dicho a la señorita Ayaka, la directora del orfanato donde vivía, que estaba embarazada no hubiera tenido que soportar tanto sola. Tal vez si hubiera tenido una familia normal desde el comienzo no hubiera dado a luz a un niño con tan solo 17 años. Y tal vez, solo tal vez, no lo hubiera dejado en ese mismo orfanato en cuanto cumplió 18 y pudo irse sin mirar atrás.
Muchos “tal vez”, pero es un hecho que al final tuvo a ese niño.
Desde pequeño Romeo había sabido de esta historia, la directora no le había ocultado sus orígenes, y el pequeño, pese a saber que había sido abandonado de tal forma, solo podía sentir pena por la joven. A él le gustaba la vida en el orfanato y los consideraba familia, pero era muy consciente de que no todos los niños que allí vivían habían llegado por buenas circunstancias y muchos de ellos, desafortunadamente, intentaban escapar de la cruel realidad de una manera u otra.
Su infancia no fue mala. Siempre estuvo rodeado de muchos hermanos y hermanas, tanto mayores como menores, y en la escuela contaba con un grupo de amigos. La inocencia infantil trae consigo la ignorancia de muchas cosas importantes, cosas que, al crecer, Romeo poco a poco fue dándose cuenta.

El orfanato estaba falto de recursos, apenas podían costear la calefacción en invierno y Ayaka estaba pasando un mal momento debido a esto y a las deudas que poco a poco iban haciéndose más grandes. Se fijó en que los más mayores buscaban trabajos a tiempo parcial para echar una mano, pero al final eran ingresos temporales y bajos pues la gran mayoría dejaba de contribuir en cuanto cumplían la mayoría de edad y debían abandonar la institución. Nadie los culpaba, mantenerse uno mismo ya era muy caro.
Romeo no fue distinto. Con el deseo de ayudar encontró trabajo vendiendo palomitas en el cine y gran parte de lo ganado se lo daba a la directora, la otra cantidad era ahorrada para su futuro por obligación de esta última. En su mente siempre estuvo la idea de ser profesor y no era malo con los estudios, pero la idea de ir a la universidad era simplemente eso, una idea. La matrícula no era barata y en cuanto saliera del orfanato su dinero debía ir dirigido al completo a mantenerse, sin embargo, a los 16 años ocurrió…
Suzuki Hideyoshi.
Él era director de una futura serie de televisión prevista para el siguiente año llamada “Sun”. Dicha serie tenía como objetivo mostrar caras nuevas, jóvenes y refrescantes dentro de la industria y, después de visitar el cine repetidas veces con esa búsqueda entre manos, decidió que quería su cara. Literalmente, su cara, pues cuando Ro insistió en que lo más lejos que había hecho en actuación fue en la obra de fin de curso el hombre no le dio importancia.
Las negativas fueron muchas y seguidas, pero Hideyoshi sabía lo que quería y sus visitas al trabajo del chico eran prácticamente habituales. ¿Cómo iba a actuar en una serie de televisión cuando no sabía absolutamente nada de tal mundo? ¿Solo por su cara? ¡Mucha gente pasaba la vida estudiando para ser actores y él por su rostro podía tener tal oportunidad! Se enfadaba con tan solo pensarlo.
Y así fue un tiempo hasta que la situación en el orfanato se hizo insostenible. Necesitaban dinero y lo necesitaban en ese instante. Solo en ese tipo de situación fue la que hizo que Romeo aceptase la oferta de trabajo.
La paga era buena, muy buena, y todo el equipo se comprometió a respetar sus obligaciones escolares mientras estuviera en preparatoria. ¿Quién le hubiera dicho a Hideyoshi que no solo dio con una buena cara sino que también con talento innato? Una gallinita de huevos de oro. El propio Romeo había sido ignorante de su habilidad toda su vida. Aún así se dijo a si mismo que estudiaría actuación debidamente y que se ganaría el puesto en el que estaba por su propia habilidad y no solo por apariencia. Cuando no trabajaba ni estaba en la escuela iba a cursos enfocados a la actuación y al mundo del entretenimiento. Su vida se llenó de miles de cosas por hacer en un solo instante.


Un año después se lanzó el primer episodio de “Sun” y fue una de las series más populares en un abrir y cerrar de ojos. Es decir, era una serie de fantasía romántica donde dos hermosos chicos luchaban por el amor de la heroína en un mundo lleno de magia y guerra entre reinos enemigos. ¿A qué adolescente no le gustaría tal sinopsis cliché? Las chicas deseaban ser una heroína tan valiente como Eva y los chicos admiraban las feroces batallas entre el fuerte héroe Jonah y el carismático antagonista Hannes. Todos amaban a ese trío. Tal fue la popularidad que se crearon bandos: aquellos que apoyaban que Eva se quedase con el dulce y bueno Jonah ; los que en su lugar pensaban que Hannes y Eva poseían un amor mucho más fuerte y ardiente ; e incluso los que suprimían directamente a la protagonista y querían que Jonah y Hannes escapasen juntos. Fuera lo que fuese “Sun” fue un rotundo éxito.
Pese a que los capítulos iban saliendo en televisión semanalmente aún se seguía rodando por lo que la vida de Romeo no fue menos ajetreada, pero al menos los problemas del orfanato fueron desahogados en gran medida y el chico terminó por amar la actuación.
Sin embargo el estreno de Sun fue un punto y aparte en su vida.
La cantidad de objetos personales que desaparecían en la escuela era proporcional a las cartas de amor y confesiones que empezó a recibir; Escuchar “Hannes” en lugar de “Romeo” empezó a ser habitual; Las miradas hacia su persona cuando cogía transporte público dejaron de ser disimuladas; De tanto en tanto le parecía ver por el rabillo del ojo un resplandor de entre las esquinas; Llamadas; Cartas; Pasos a la espalda; Cuchicheos a su paso; Más llamadas; Más pasos; Artículos con rumores disparatados sobre alguien con el que tal vez había hablado solo una vez y él; más confesiones; timbrazos al orfanato; más Hannes, Hannes, Hannes…
El precio de la fama era algo que jamás consideró cuando aceptó ese trabajo, e incluso si en algún momento lo hizo, nunca pensó que llegaría a ese nivel extremo. Sin embargo lo peor estaba por llegar.
Ya era habitual para él mantener las persianas cerradas tanto de día como de noche para evitar fotografías y así, como cualquier otro día normal, se fue a dormir. Fue a mitad de la noche cuando su sueño fue interrumpido por ruidos pertenecientes dentro de la propia habitación: un grupo de tres personas, dos chicas y un chico, que se llamaban a si mismos fans, lograron colarse en el orfanato hasta llegar allí. Estaban revolviendo todas sus cosas, algunas se las guardaban y a otras le hacían fotografías y vídeos. Cuando descubrieron que Romeo estaba despierto no tardaron en ir junto a él para atarlo al justificante de “Sabemos que este tipo de cosas te gustan, Hannes”. Afortunadamente el ruido alertó a los niños de la habitación de al lado y fueron a llamar por ayuda.
Tras ese altercado hubo un gran revuelo y juicios de por medio. Evidentemente Ro era muy consciente de que esas tres personas en concreto debían de tener problemas para actuar así y que no todos los fans eran de esa forma, de hecho la gran mayoría eran muy respetuosos y lo animaban cada vez que había encuentros de actores con estos. Sin embargo tal acontecimiento despertó un miedo muy fuerte a la fama en Romeo.
Se decidió después de esto que se mudaría a un apartamento propio de alta seguridad para evitar más problemas en el orfanato, cosa que fue posible aunque fuera menor gracias a la autorización de Ayaka como su tutora legal. También tuvo gran peso el hecho de que el chico tenía ingresos más que necesarios para mantenerse a si mismo. En cuanto a su trabajo decidió darse un descanso tras terminar de rodar “Sun”, pero al final se esforzó mucho para llegar hasta donde estaba por lo que volvió a actuar en otras series y películas poco tiempo después cuando se encontró preparado.
Hoy en día su papel como Hannes sigue teniendo gran impacto para las empresas por lo que habitualmente le dan en su gran mayoría papeles similares, provocando en el público una imagen de él como el villano perfecto de la que difícilmente puede deshacerse. Aunque sigue llevando mal el hecho de ser popular y reconocido ha aprendido a centrarse en disfrutar más de su trabajo y menos en las consecuencias de este. De vez en cuando se permite ir a su hogar para ayudar a cuidar a los niños y también encontró gusto en publicar tanto fotos como cualquier frase en las redes sociales. Se dio cuenta que muchos medios de prensa se enfocaban en estas y cuanto más material daba él por voluntad propia, menos intentarían conseguir sin su permiso.

